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Channel: Espectáculos, El Siglo de Torreón
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LA VOZ DEL DIHABLO

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A veces cuesta trabajo entender como algunas personas "odian" a una banda. Es de esos odios sin un motivo aparente, porque no creo que los miembros de la banda en cuestión se hayan molestado en hacerles algo (al menos en la mayoría de los casos).

En lo personal, hay grupos que no me caen. Que definitivamente nunca me gustaron, pero aparte me causan desagrado. No son demasiados. Y sin embargo no desperdiciaría mi tiempo en "odiar".

A lo que voy: hay bandas como Ghost que por usar cierta imagen, su música deja de ser lo más importante al momento de las críticas.

Es fácil dejarse llevar por la pinta que tiene el grupo, ¿pero es que acaso ya olvidamos cómo se veía Twisted Sister cuando salió? ¿O las bandas de glam como Poison? ¿o Alice Cooper? ¡¿Kiss?!

Hace poco, el maléfico Rodrigo comentaba que el caso de Ghost se le hacía similar al de Amon Amarth; en el que los grupos habían alcanzado gran popularidad por su vestimenta, maquillaje y todo lo relacionado con una imagen exterior más que por lo que hicieran con sus instrumentos.

Y agregó que, para él, Amon Amarth tocaba un metal casi casi genérico. Algo que ya se ha hecho hasta la saciedad, o por lo menos que no es algo propositivo.

Quizás tenga razón... pero, ¿qué "pero" se le puede poner a su música?

Los suecos editaron el año pasado su décimo álbum de larga duración, Jomsviking, un disco de 11 temas perfectamente bien organizado. Con una portada como las que acostumbrando, evocando a sus dioses y guerreros mitológicos, con un sonido potente, un poco más "comercial" que trabajos anteriores. Con verdaderos hits como First Kill.

Dentro de la gira promocional de ese álbum, Amon Amarth tocó tierras mexicanas, en el Hell & Heaven. Y creo que nadie de los presentes quedó decepcionado (pregunté uno por uno). Por el contrario, muchos se llevaron una grata sorpresa.

Es cierto, Amon Amarth no descubre el hilo negro en el death metal, ni en lo melódico, ni en el 'viking', ni nada, pero combina con gran maestría diversos elementos en su música y sobre el escenario que hacen pasar un muy buen rato.

La banda editó su primer LP en 1998, Once Sent from the Golden Hall. Desde entonces no pasan más de 3 años sin que saquen otro. Y todos tienen algo que destacar.

Algunos pueden ser más "pesados", otros tener más melodía, pero no pasan desapercibidos y siempre llevan ese toque vikingo que los caracteriza y del cual se sienten orgullosos.

Sí, el meme tiene razón: "No por escuchar a Amon Amarth ya eres vikingo", pero tampoco tiene que ser negativo que una banda tome parte de su bagaje cultural para crear la imagen del grupo y que la temática de sus letras sean en base a eso.

Incluso, que sus shows se muevan entre embarcaciones vikingas, hachas o vestimenta similar a la que podrían haber usado sus antepasados.

Algo parecido intentó Sepultura en Roots, por ejemplo. O lo que en su momento manejó Under Moonlight Sadness en México. ¿Qué de malo hay?

Para aquellos que no vieron a Amon Amarth el 23 de julio de 2016 en el Foro Sol, o para los que se quedaron con ganas de más, habrá nuevas oportunidades en nuestro país.

Este año, visitarán Chihuahua (14 de junio), Monterrey (16), Ciudad de México (17) y Guadalajara (18).

Lo mejor es que no vienen solos; lo harán con Abbath, el proyecto en solitario del carismático vocalista y guitarrista de Immortal.

Los que puedan, vayan; el Dihablo lo recomienda.

Luego le seguimos.

Reclamos, dudas, aclaraciones y aportes: La Música del Dihablo [Facebook] y @Foko_54 [Twitter.]


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